domingo, 31 de outubro de 2010
Las piedras, como el alma, nunca mueren
A pedra é criatura
perfeita
igual a si mesma
vigia das suas fronteiras
exatamente repleta
do seu senso de pedra
com aroma que nada recorda
não assusta nada nem desperta o desejo
sua ardência e frieza
são justas e dignas
me acabrunha o remorso
quando a tomo nas mãos
e um falso calor
atravessa o seu corpo sublime
- não se domam as Pedras
até o fim elas nos fitam
com um olho sereno e muito claro.
(... Não se domam as pedras - Zbigniew Herbert)
"La eternidad” de las piedras – desde el punto de vista humano- parece ser uno de los orígenes de la costumbre judía de poner pequeñas piedras sobre las tumbas de los muertos. Por una parte, estas pequeñas piedras testifican la presencia del deudo. Por otra, simbolizan la memoria permanente del linaje y, no menos importante, la eternidad del alma –a través de ese linaje e incluso más allá. En este sentido, la duración de las piedras se contrapone a la brevedad de las flores, utilizadas en los ritos funerarios de otras culturas: el cuerpo se corrompe rápidamente, como se marchitan las flores, pero las piedras, como el alma, nunca mueren."(Gerardo Beltrán - Profesor de la Universidad de Varsovia)
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